Sanos y salvos

Casi diez horas después de partir de Lugo el CAI Zaragoza regresó a su ciudad. Ha sido una jornada larga, pesada, de enorme cansancio para un grupo que volvía feliz tras lograr el triunfo ante el Breogán. Pasaban las once de la noche cuando los integrantes de la expedición rojilla llegaban a sus casas y por eso Curro Segura decidió dar la mañana del lunes libre y retomar el trabajo ya por la tarde.
Desde luego el viaje ha tenido de todo. Los problemas mecánicos en el avión que contaba antes fueron el principio de la odisea. Todos nos quedábamos en tierra y había que encontrar una solución para regresar a Zaragoza. ¿Vuelo a Madrid?, ¿coches de alquiler?, ¿esperar? Había que decidir y se optó por esperar alguna solución de la compañía aérea.
Finalmente esa opción apareció. Proponían que todos los afectados fuéramos a La Coruña y desde allí voláramos a Huesca. Era una opción bastante favorable y así lo hicimos. De nuevo con las maletas a cuestas.
Así, vuelo a Huesca y desde allí en autobús a Zaragoza. Bueno, eso el CAI, ya que el autocar elegido no era lo suficientemente grande para que entrara todo el pasaje y sus equipajes, así que el CAI tomó ese transporte y los demás llegamos a Zaragoza en taxis.
Un viaje para recordar, tanto por el partido como por la vuelta. Eso sí, la expedición ya está en Zaragoza sana y salva y ya solo piensa en Huelva. Allí, por lo menos, se va en tren.