Como en todos los deportes, equipos y otras actividades de la vida en el CAI Zaragoza existen un montón de supersticiones bien sean individuales o colectivas. Son hechos más anecdóticos que otra cosa, puesto que nada tienen que ver con que una lanzamiento entre o no, pero sí que es cierto que son creencias que refuerzan la moral de los protagonistas y que todas unidas están llevando al CAI a lo más alto de la clasificación.
El hecho de pasar muchas horas con el grupo me permite conocer algunas de esas supersticiones e incluso detectar otras. Así, y espero que el comentarlas no las gafe, contaré algunas de ellas. Por ejemplo, un jugador muy en forma como es Lucas Victoriano reconoce que los días de partido es el último en vendarse los tobillos y sin embargo es el primero en salir. Eso sí, previamente golpea en el pecho a cada uno de sus compañeros.
Esos días también se ve como DP se queda a realizar un par de tiros cerca de la canasta cuando sus compañeros se dirigen a recibir las últimas órdenes. En ese sentido, Paolo Quinteros hace lo propio con un triple. La ropa que llevan, los accesorios (como cintas en la cabeza o calentadores) también suelen ser motivo de superstición.
Una de las situaciones más curiosos que vive el CAI es el reparto de habitaciones en los desplazamientos. El técnico reconoce que conviene cambiar las parejas a lo largo del año y aprovecha para hacerlo cuando se pierde. Así, desde San Sebastián no ha habido cambios.
Se podrían contar cientos de situaciones como esta, aunque una muy curiosa es la del preparador físico Juan Trapero. En principio Trapero no tiene que ir a los partidos fuera de casa, aunque suele hacerlo a los que son relativamente cerca. El único viaje que ha realizado ha sido para asistir al encuentro frente al Bruesa y como se perdió ha decidido no volver a viajar hasta que el equipo no vuelva a perder fuera (con el fin de que no vuelva a perder, claro).
Esas supersticiones, he de reconocer que también afecta incluso a la prensa que sigue al equipo. En tiempos, recuerdo a algún periodista que el día de partido siempre se daba un paseo por la ciudad que fuera vistiendo una camiseta del CAI. Decía que daba suerte.
Y para los más curiosos, yo también reconozco que tengo una superstición y que, aunque es una tontería, desde que la sigo va todo viento en popa. Cuando me afeitaba en día de partido el equipo perdía. Adivinad cuando fue la última vez que me afeité en día de partido. Pues sí, el día del Breogán. Y prometo no hacerlo hasta que acabe la racha (si acaba).
10 de diciembre de 2007
Un líder supersticioso
Publicado por Enrique Coscolín a las 19:37
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
¿Aún sigue mirando el mismo tuerto de todos años al equipo?
Se podrían contar cientos de situaciones como esta, aunque una muy curiosa es la del preparador físico Juan Trapero. En principio Trapero no tiene que ir a los partidos fuera de casa, aunque suele hacerlo a los que son relativamente cerca. Thanks for the information, Very useful.Abogado de Lesiones Personales Fairfax
Publicar un comentario